Plan para la reapertura de las iglesias y la reanudación de la  celebración de las misas públicas de los domingos y los días de semana, y de  los demás sacramentos en la Arquidiócesis de Indianápolis 
            1.a PARTE: Contexto  y principios
            
              - Reabrir nuestras iglesias  y reanudar las celebraciones litúrgicas públicas en este tiempo requiere una  planificación y preparación cuidadosa para proteger la salud de los fieles y  mantenerlos a salvo.            
              - Se solicita a cada  parroquia o comunidad que diseñe un plan específico y local basado en estas  directrices y pautas.  Comuníquese con el  padre Patrick Beidelman si necesita ayuda o aclaración.
              - A medida que las  parroquias y otras comunidades implementen sus planes locales, esto será  ciertamente un proceso de ensayo y error.   Animamos a todos a supervisar la eficacia de sus planes y a adaptarlos  de forma continua.            
              - Las  personas de 65 años o más y quienes tengan padecimientos de salud de alto  riesgo deben permanecer en casa. Este es el segmento de la población más vulnerable  al coronavirus. Por supuesto, aquellos que presenten síntomas o que hayan  tenido un resultado positivo en la prueba de la COVID-19 no deben entrar en una  iglesia hasta que un profesional de la salud se lo autorice.
              - La  dispensa de la obligación de participar en la misa dominical se prorroga en la  Arquidiócesis de Indianápolis y en todo el estado de Indiana hasta el 15 de  agosto de 2020. 
              - Mediante la reanudación gradual de las actividades litúrgicas se ofrece un mayor cuidado espiritual y pastoral  a los fieles durante este período tan difícil, al tiempo que se sigue  protegiendo a los más vulnerables y frenando y conteniendo la propagación de la  COVID-19.
              - Puesto que la orientación  de las autoridades locales puede variar de un lugar a otro, los líderes pastorales  deben seguir las directrices específicas de su zona a la hora de tomar  decisiones y aplicarlas.            
              - Aunque es innegable el  valor de esforzarse por abrir nuestras iglesias y reanudar las liturgias  públicas, las parroquias y comunidades que no estén preparadas para hacerlo sin  correr riesgos deberían retrasar su fecha de inicio.
              - Se alienta la cooperación  y la coordinación entre los líderes pastorales y las parroquias, especialmente  cuando estas actividades protegen a líderes pastorales que sean mayores o que  tengan padecimientos de alto riesgo.            
              - Como pueblo de fe, creemos  que el Señor siempre está trabajando en nuestras vidas, incluso en esta época  de tantas restricciones y sacrificios.   Algunas de las mayores gracias de Dios sobrevienen en momentos de  transición y en todos nuestros nuevos comienzos. 
  
              2.a PARTE: Herramienta para tomar decisiones en  cuanto a fechas y cronogramas de reapertura de las iglesias y para reanudar las  celebraciones litúrgicas públicas
            
              - ¿Su parroquia o comunidad  ha definido un plan fundamentado en los Protocolos de Salud Mínimos  Recomendados para Lugares de Culto, basados en el plan de reapertura del  gobernador, titulado Back on Track Indiana, así como otras directrices  locales?
- ¿Su parroquia o comunidad  tiene suficientes suministros de limpieza y desinfección, y son estos eficaces?
- ¿Ha creado un proceso de  limpieza entre una misa y otra?
- ¿Ha determinado un horario  de funcionamiento de la iglesia y para la celebración de los servicios litúrgicos?
- ¿Ha determinado una forma  de calcular y mantener el aforo?
                - Cuando las iglesias puedan abrir, y cuando se permitan las misas públicas  y la celebración de otros sacramentos, se anima a los líderes pastorales a  utilizar la pauta del 20% a 30% del aforo, para determinar la cantidad de  personas que pueden estar presentes para las liturgias celebradas en un recinto  bajo techo. Si debido a la distribución o al diseño de la iglesia se considera  que un porcentaje más bajo del aforo crearía o contribuiría a mantener un  entorno más seguro, se alienta a los dirigentes pastorales a aplicarlo.
- ¿Ha creado una forma de comunicar al personal, a los  feligreses y a los invitados que no deben entrar si  tienen síntomas o si han tenido un resultado positivo en la prueba de la  COVID-19? 
- ¿Ha creado un proceso para  mantener y comunicar acerca del distanciamiento social y la higiene adecuada,  lo que incluye marcar o distribuir los asientos, las entradas y salidas de la  iglesia, el proceso para la distribución de la Comunión, y el uso de los baños?
- Cuando se pueda celebrar  la misa, ¿ha determinado cómo se distribuirá la Comunión (no se distribuirá a  la congregación en el momento habitual, o se hará al final de la misa después  de la despedida)?
- ¿Ha identificado a una o  varias personas para capacitarlas en la supervisión y la gestión del ingreso y  la movilización de personas en el espacio de culto?
- ¿Su plan se apoya principalmente en personas menores de 65 años y sin problemas  de salud de alto riesgo?
- ¿Ha investigado qué hacer cuando una persona que tenga un caso confirmado  de COVID-19 haya estado en una de  nuestras iglesias?
3.a PARTE: Tres fases, fechas y condiciones para la  reapertura de las iglesias y la reanudación de la celebración de las misas  públicas de los domingos y los días de semana, y de los demás sacramentos
            Al  elegir cuándo comenzar y cómo proceder localmente durante estas fases, se  alienta a todos a avanzar lentamente, mientras se fomenta la paciencia, la  caridad y la confianza en el Señor en todo momento.
            FASE 1: Reapertura de las iglesias para la oración  privada, las devociones y la celebración del sacramento de la penitencia puede  comenzar a partir del miércoles 13 de mayo de 2020, inclusive, respetando  las directrices de las autoridades locales de su zona. (NOTA: Las parroquias y  comunidades de los condados de Marion y Monroe permanecen bajo la orden de  permanecer en casa por lo menos hasta el 15 de mayo de 2020).
            
              - Transmisión en diferido o  en directo de misas: las parroquias que tengan la capacidad de hacerlo deben  continuar transmitiendo las misas siempre que sea posible a lo largo de todas  las fases. Deberán seguirse los protocolos de distanciamiento social que se  describen a continuación, según corresponda. 
              - Durante esta fase, las iglesias pueden abrir sus  puertas para la oración privada, las devociones y las confesiones, si han  puesto en práctica un plan que contemple entornos seguros y operaciones que  apoyen las precauciones para frenar y prevenir la propagación de la COVID-19 (véase la  herramienta para tomar de decisiones en la 2.a parte). Fuera de las  actividades espirituales mencionadas anteriormente y a continuación, no debe  haber ninguna otra reunión o congregación en el interior o exterior del terreno  de la iglesia.
                - Sugerencias para la confesión: las confesiones  pueden celebrarse nuevamente en los horarios previstos. Para las confesiones  individuales, se debe mantener una distancia de 6 pies entre el sacerdote y el  penitente. Se puede usar una pantalla como barrera protectora. Se pueden  escuchar confesiones al aire libre. Si se hará en un recinto bajo techo, se  recomienda utilizar un cuarto grande o un área abierta; los confesionarios  tradicionales o cabinas no son lugares que se puedan utilizar de forma segura  en este momento. También se debe demarcar claramente el distanciamiento social  para aquellos que aguarden en fila para la confesión. Ya sea que se haga bajo  techo o al aire libre, el secreto de la confesión debe preservarse y nadie más  debe estar lo suficientemente cerca como para poder escuchar la confesión. 
              - Durante esta fase no se  pueden ofrecer celebraciones públicas de la misa o distribuir la comunión fuera  de la misa.            
              - Las directrices anteriores  con respecto a la celebración de funerales (de preferencia, el servicio debe  realizarse junto a la tumba), bodas (fuera de la misa con 10 personas o menos),  unción de enfermos (solo en caso de peligro inminente de muerte), así como los  sacramentos de iniciación (solo en caso de peligro inminente de muerte)  permanecen en vigor hasta la fase 2.
Fase 2: Las celebraciones públicas de las misas  de los días de semana, las bodas y los funerales dentro de la misa, los  bautizos infantiles, las misas conmemorativas para los fallecidos aplazadas y  la unción de los enfermos (ahora incluso para los enfermos graves que quizá no  estén en peligro inminente de muerte) pueden reanudarse a partir del martes  19 de mayo de 2020, inclusive.
            
              - La misa puede celebrarse  en un recinto bajo techo, al aire libre o (cuando haya dos o más sacerdotes  presentes) en varios lugares al mismo tiempo.
              - Se debe seguir el plan de la parroquia con respecto  al aforo por seguridad, y todos deben considerar formas de distribuir la  asistencia a las misas; por ejemplo, un sistema de rotación basado en la  primera letra de los apellidos, limitar la cantidad de misas a las que asiste  una persona o grupo familiar por mes, utilizar un sistema de entradas en línea  como Eventbrite (https://www.eventbrite.com/),  etc.
              - Durante la celebración de la liturgia propiamente  dicha, se recomienda que ni el clero ni los demás ministros que asistan  activamente (por ejemplo, un lector mientras lee) lleven puestas mascarillas. Estar en el santuario a 6 pies de distancia  unos de otros debe implicar que no existe un riesgo sustancial de infección.            
              - Para facilitar el  distanciamiento social se puede suspender temporalmente la procesión de  apertura, el himno de finalización del oficio, la presentación de las ofrendas,  la colecta y el uso de monaguillos.  Se  pueden colocar cestas cerca de las entradas para la colecta.
              - Se suspende temporalmente  el intercambio físico del signo de la paz y el tomarse de las manos durante el  Padre Nuestro.            
              - Protocolos para la distribución de la Comunión:
              - El responsable de la preparación de los elementos  eucarísticos debe llevar puesta una mascarilla y guantes sin látex.
                - Sería prudente que los concelebrantes tuvieran sus  propias patenas y cálices o que los sacerdotes reciban la Comunión por  intinción.
- Se deben lavar y desinfectar todos los recipientes  después de cada uso.
- Una vez preparados, se deben colocar en la credencia  o en otro espacio y dejarlos cubiertos hasta que se necesiten.
- La Comunión del cáliz para los fieles permanece  suspendida hasta nuevo aviso.
- No es necesario que los ministros de la Santa  Comunión usen guantes
- pero si lo prefieren, pueden llevar puestas  mascarillas mientras efectúan la distribución.
                - En ese caso, deben colocarse las mascarillas antes  de desinfectarse las manos, previo a la Comunión, y quitárselas antes de  desinfectarlas después de la Comunión.
- Antes de la misa, o al menos antes de distribuir la  Comunión, se deben colocar soluciones antibacterianas para las manos de modo  que estén al alcance en el o los lugares donde se distribuirá la Comunión.
 
- Se deben mantener todos los protocolos de  distanciamiento social.
                - Debe haber una distancia de por lo menos seis pies  entre los comulgantes en la procesión hacia y desde el ministro.
- Las parroquias pueden marcar los pasillos con cinta  adhesiva para indicar la distancia necesaria.
- Antes de comenzar la misa, o en un punto adecuado  durante esta, el sacerdote debe explicar los protocolos básicos para la  Comunión (por “punto adecuado” se entiende antes del Acto Penitencial o antes  del prefacio de la Plegaria Eucarística).
                - Se debe recordar a los fieles que aquellos que  tengan inquietudes por recibir la Comunión no están obligados a hacerlo, y que  pueden elegir no recibirla hasta que se sientan más cómodos.
- Que para los que deseen recibir la Comunión, pueden  hacerlo en el momento habitual.
- Los que no comulguen por cualquier razón no deben  acercarse para recibir la bendición.
- Los que deseen permanecer en sus lugares pueden  hacerlo. Deben salir del banco de iglesia a una distancia prudencial para  permitir que pasen los que se acercan a comulgar.
- Deben mantener una distancia de seis pies entre sí  cuando se acerquen a comulgar. 
- Durante este período se exhorta a los fieles a  recibir la hostia en la mano.
                  - A quienes no deseen recibirla en la mano se les  puede pedir que la reciban de último o que hagan una comunión espiritual.
- Mientras se distribuyen las hostias, la declaración  del ministro de “El Cuerpo de Cristo” debe decirse en voz baja, así como la  respuesta “Amén” del comulgante.
- Las hostias para la comunión de los fieles se deben  colocar en el altar de forma que no queden directamente delante del sacerdote  (tal vez en otro corporal en un costado del altar). 
                - De esta forma el sacerdote puede pronunciar las  palabras de la consagración directamente sobre la hostia que va a consumir,  junto con las otras hostias colocadas sobre el altar pero no directamente delante  del sacerdote mientras entona la oración eucarística.
- Los sacerdotes y los diáconos deben lavarse las  manos o usar una solución antibacteriana para las manos después de comulgar  ellos mismos y después de distribuir la Comunión a los fieles.
- Los fieles que comulgan deben, de la mejor manera  posible, desinfectarse las manos antes y después de recibir la hostia.
                - Se anima a las personas a que lleven sus propios  frascos de solución antibacteriana para las manos y la usen.
- Se debe evitar por completo cualquier contacto de  persona a persona.  
                - Las hostias pueden dejarse caer ligera y  cuidadosamente en las manos del fiel formando un cuenco.
- Si el ministro tuviera que hacer contacto físico con  el comulgante o colocar la hostia en la lengua, se debe detener la distribución  inmediatamente y desinfectarse las manos (con la solución antibacteriana  colocada antes de la misa; véase n.o 5 arriba).
- Si alguien que no recibe la Comunión se acerca, el  ministro no debe tocarlo físicamente.
- Se pueden utilizar los servicios de ministros  extraordinarios para la Comunión en las siguientes condiciones:
                - Si el tamaño y la disposición de la iglesia y el  número de personas presentes así lo requieren para poder distribuir  oportunamente la Comunión.
- Si el sacerdote celebrante es el único ministro  ordinario de la Comunión y no puede distribuir las hostias por razones de edad  o de salud.
- Todos los ministros extraordinarios deben seguir los  mismos protocolos que los sacerdotes y diáconos en la preparación antes,  durante y después de la distribución de la Comunión.
- Cada ministro ordinario debe purificar sus propios  recipientes después de distribuir las hostias.
                - Esto puede hacerse después de la misa.
- Si es necesario consagrar otras hostias para  reservarlas para el viático, estas se deben colocar en su propio vaso desde el  comienzo de la misa y no se deben usar para la Comunión de los fieles  presentes. La distribución de la Comunión a quienes no pueden asistir a la misa  queda suspendida hasta nuevo aviso.
- Las hostias que queden de la distribución de la  Comunión deben ser consumidas inmediatamente y no mezclarlas con el Santísimo  Sacramento reservado.            
              - El agua bendita y las  pilas bautismales deben permanecer vacías excepto durante los bautismos. El  agua bendita se debe verter directamente en la tierra y recargarla entre un  bautismo y otro. Se deben usar mascarillas (excepto en el caso de los bebés y  de quienes tengan problemas para respirar) y se deben desinfectar las manos  antes y después de la celebración del bautismo.
                - El bautismo de los niños puede celebrarse dentro de la misa, pero es  preferible que las misas no se extiendan siempre que sea posible.  Por lo tanto, se prefieren servicios bautismales  más pequeños fuera de la misa.            
Fase 3: Las celebraciones públicas de las misas  dominicales, los ritos de iniciación cristiana de adultos y las primeras  comuniones pueden reanudarse a partir del fin de semana del 23 y 24 de mayo de  2020, inclusive.
            
              - Cantidad de misas: Debido  al tamaño más reducido de la congregación en respuesta al distanciamiento social  (y en cumplimiento de su plan de aforo por seguridad), se puede considerar la  posibilidad de añadir más misas los domingos. Todos los sacerdotes pueden  celebrar hasta tres misas el domingo.   Pueden celebrar hasta dos misas el sábado por la noche, siempre que no  hayan celebrado otra antes de las 4 p.m. del sábado.            
              - Música litúrgica: El uso  de la música debe limitarse a un cantor y un músico, que deben permanecer a más  de seis pies de distancia uno del otro y de los demás. En la medida de lo  posible el cantor debe cantar desde un lugar de la iglesia que se encuentre por  lo menos a seis pies de distancia de cualquier persona. El salmo responsorial  puede ser cantado desde el atril del cantor en vez de desde el púlpito.
                - Se debe considerar el uso de antífonas cantadas del Gradual Romano o del Misal Romano, música con estribillos, así como himnos bien  conocidos por la congregación, junto con acompañamiento instrumental sin canto.
- No se deben usar himnarios debido a la dificultad para desinfectarlos  entre un uso y otro. Si los himnarios están en los bancos, se deben retirar. Se  pueden utilizar ayudas de adoración de un solo uso.
- Se debe evitar la música grabada o los “coros virtuales.”
              - Rito de Iniciación  Cristiana de Adultos (RICA):  Las iniciaciones aplazadas se pueden realizar durante este tiempo.  Los líderes pastorales pueden determinar la  forma y el momento para hacer esto de forma segura.
                - Los candidatos bautizados para la plena comunión se pueden recibir en  cualquier misa usando el Rito de Recepción que comienza en RICA #487. 
- El arzobispo Thompson dispensa a los elegidos de la necesidad de  completar cualquier rito preparatorio que les haya faltado durante la  suspensión de las liturgias públicas. 
- Al reprogramar la iniciación de los elegidos se usará la liturgia  bautismal de la Vigilia Pascual (comenzando con RICA #218), siguiendo las  instrucciones para una situación “fuera de la Vigilia Pascual”. 
- A menos que tenga prioridad la misa correspondiente a ese día (como por  ejemplo los domingos de Pascua, las solemnidades y otros momentos enumerados en  el #372 de la IGRM), esto se hará dentro de la Misa Ritual del Bautismo. El  Leccionario proporciona lecturas para la “Iniciación Cristiana Fuera de la  Vigilia Pascual” (#751-755).
- El sacerdote debe abstenerse de tocar el agua mientras la bendice, y  todos deben seguir las directrices para el bautismo que se encuentran arriba. 
- Para la iniciación conjunta de electos y candidatos, se deben utilizar  los ritos combinados que se encuentran en el RICA #566. Dado el tiempo que pueden  durar estos ritos, programar estas iniciaciones en días laborables es una  opción para no prolongar el tiempo que los fieles deben permanecer en la  iglesia para una misa dominical durante el período de distanciamiento social. 
- Si una misa programada incluye iniciaciones, esto se debe comunicar  claramente a los feligreses con antelación. 
- Las parroquias que tengan grupos más grandes de electos también pueden  hacer varios grupos de iniciaciones pequeños, si el distanciamiento social lo recomienda. 
- Tal vez las parroquias puedan considerar la posibilidad de celebrar los  sacramentos de iniciación en la Misa de la Vigilia de Pentecostés, el sábado 30  de mayo, para quienes que los hubieran recibido en la Vigilia Pascual. La  parroquia podría celebrar la Forma Ampliada de la Misa de Vigilia de  Pentecostés, que se encuentra en el Misal Romano y es similar a la  Vigilia Pascual. Esta incluye cuatro lecturas del Antiguo Testamento, seguidas  del Gloria y la colecta, una lectura epistolar y el Evangelio (el Leccionario  para el Suplemento de la Misa que se publicó en 2017 contiene todas las  lecturas de la Forma Ampliada). Los sacramentos de iniciación se celebrarán  después de la homilía.            
              - Primeras Comuniones: La  parroquia puede programar las Primeras Comuniones a su discreción de manera que  permita mantener las cifras de aforo por seguridad según su plan local. Estas  pueden hacerse en una misa especial, solo por invitación o de otra forma. †