Escuchar a Jesús, escucharnos mutuamente

Preparación para el Sínodo en la Arquidiócesis de Indianápolis

Synod 2021-2023 logoEste informe articula los resultados esenciales de nuestro proceso de preparación local para el Sínodo de los Obispos que se celebrará próximamente. Se trata de un informe en el sentido de que no es un documento de posición o didáctico, sino que transmite los aportes recopilados mediante diversos métodos de fomento de la participación. (Los métodos de recopilación de información se abordan en el apéndice.)

Entre los puntos más destacados que han surgido se encuentran los relacionados con: percepciones, tanto acertadas como inexactas, acerca de las estructuras y las actividades de la Iglesia; la prioridad de escuchar a Jesús, así como unos a otros; y lo que significa que se nos escuche verdaderamente.  En los pocos casos en que las aportaciones de los participantes indican percepciones erróneas sobre temas relacionados con la Iglesia, se ofrece una nota aclaratoria muy breve y las implicaciones aparecen cerca de la conclusión del informe.


Las preguntas del Sínodo

En su mayor parte, utilizamos las preguntas que sugirió el Sínodo de los Obispos.  A continuación se detallan los aspectos más destacados de la información recopilada sobre cada conjunto de preguntas del Sínodo.

Compañeros de viaje

Se mencionan varios grupos que están prácticamente ausentes de la vida parroquial en general o que, al menos, corren el riesgo de sentirse excluidos.  En las respuestas a estas preguntas comenzó a surgir un poco de desinformación.  A continuación se enumeran algunos temas destacados:

  • Los adultos jóvenes; los católicos que adoptan un enfoque clásico a las devociones y la liturgia; las personas con discapacidades; las personas que se describen a sí mismas como homosexuales, bisexuales, etc.; las personas de color y las familias monoparentales se encuentran entre los que a menudo se describen como ausentes de la vida parroquial.
  • Se mencionó que la presencia del clero fomenta el sentido de pertenencia en los feligreses; por el contrario, cuando el clero pasa desapercibido en las actividades de la vida parroquial, los feligreses se sienten menos acogidos.  Asimismo, en relación con lo que a menudo se conoce como la comunidad LGBTQ+, se expresó el deseo de que los líderes de la Iglesia fueran más coherentes en el discurso y las acciones relacionadas con la gama de comportamientos pecaminosos que constituyen faltas graves, en lugar de aparentemente centrarse en uno o dos (por ejemplo, la intimidad genital entre personas del mismo sexo) mientras que esencialmente ignoran otros (por ejemplo, la cohabitación prematrimonial).
  • Se expresó claramente la importancia de proporcionar formación a los ministros eclesiásticos laicos a nivel parroquial y diocesano sobre diversos temas, incluido el dominio de la interculturalidad.
  • Por último, se mencionó varias veces la percepción de pederastia en el clero en general.  Dada la rareza de los llamados sacerdotes pedófilos (es decir, el comportamiento sexualmente abusivo con varones adolescentes es más común en el porcentaje reducido de clérigos que son el foco de acusaciones creíbles), la existencia de una narrativa cultural más amplia sobre la pedofilia en la Iglesia parece estar difundiendo desinformación en una porción considerable de católicos.

Escuchar

Lo que se entiende por escuchar a alguien es un elemento destacado en las respuestas a las preguntas sinodales.  Asimismo, figura a menudo el alcance y la prioridad de a quién debemos escuchar.

  • Muchos participantes reconocen que no es necesario que todas sus ideas se concreten para sentirse escuchados.  En la medida en que la mayoría de las personas tengan la oportunidad de compartir sus ideas y razonamientos, expresan su satisfacción con los procesos de escucha.  Por el contrario, algunos encuestados dan a entender que nadie los escucha y que esto siempre ha sido así, basándose en que si bien expresan una o varias ideas pero estas no se concretan tal como ellos las han planteado.  Está claro que el significado de ser escuchado varía de una persona a otra.
  • Según algunos participantes, los estereotipos y prejuicios repercuten sobre la oportunidad de que se les escuche.  Nuestra comunidad hispana expresó su preocupación por el hecho de que en los contextos en los que existe machismo las mujeres tienden a no sentirse escuchadas.
  • Para concluir esta sección, se identificó que un elemento muy importante era escuchar a Jesús y a su Iglesia.  No se niega el valor de escucharse unos a otros y a veces incluso de escuchar a Cristo en el otro. Sin embargo, resulta fundamental estar atentos a las principales formas en las que Jesús nos enseña, especialmente las Sagradas Escrituras y la Sagrada Tradición para esforzarnos por ser un pueblo que escucha a Dios.

Expresarse claramente

En la sección correspondiente a la transparencia se reconoce que existen oportunidades para mejorar.  Las respuestas a las preguntas sinodales revelan la escasa noción acerca de la ley natural, especialmente en lo atinente a la cuestión de la presencia de una visión cristiana del mundo en los medios de comunicación seculares.

  • Se valoran los esfuerzos actuales que fomentan la transparencia (por ejemplo, la publicación de las actas de las reuniones); se anima a llevar a cabo más iniciativas como esta.  Según sus aportaciones, varios participantes desconocen las medidas actuales que fomentan la transparencia y la representación; por ejemplo, algunos encuestados desconocen la existencia del Consejo Pastoral Arquidiocesano, a pesar de que este órgano y sus actividades se describen con frecuencia en el periódico diocesano y en las redes sociales.
  • Resulta muy útil ayudar a los fieles a consultar los medios de comunicación desde la perspectiva de la verdad y la esperanza.
  • En esta sección aflora la importancia de las homilías y resurge a lo largo de nuestros diversos informes relacionados con el Sínodo.
  • Una realidad que se reconoce es el miedo a hablar en favor de las enseñanzas de la Iglesia.  Nuestra comunidad hispana expresó específicamente un temor ocasional a que hablar de ello redunde en que se los excluya de la vida parroquial.
  • El hecho de que las enseñanzas éticas judeocristianas emanen de la ley natural es algo de lo que muchos participantes no están conscientes; esto se manifiesta en afirmaciones como «La visión cristiana del mundo no debería estar presente en los medios de comunicación», como si plantear los enfoques judeocristianos de la interacción humana representara de algún modo una imposición.  En varias respuestas se pide (al menos implícitamente) catequesis sobre antropología cristiana y temas afines.

Celebración

La reverencia jubilosa es un tema que resurge en muchas respuestas a esta serie de preguntas.  Las homilías y la influencia positiva de los que se compenetran en comunión plena con la Iglesia como adultos también figuran en los puntos destacados más adelante.

  • A menudo, muchos encuestados mencionaron la reverencia que demuestran los sacerdotes y la comunidad al celebrar la misa como elemento clave para inculcar el aprecio por la Eucaristía a todos los que participan en la liturgia.  Asimismo, en varias ocasiones se señalaron las experiencias de adoración y de ayudar a las personas a apreciar la importancia del sacramento de la penitencia.
  • Una idea que expresó un participante es que quizá cuando una persona dice que no cree en la Presencia Real, se trate de una racionalización (subconsciente, tal vez) para ignorar una o más enseñanzas adicionales de la Iglesia.
  • El profundo aprecio que a menudo muestran por la Eucaristía aquellos que no son católicos de cuna fue algo que se identificó como un reto y una fuente inspiración para profundizar en el agradecimiento por la oportunidad de encontrar a Jesucristo vivo en el Santísimo Sacramento.
  • Por último, se sugirió que las personas que podrían describirse como buscadores a menudo necesitan una cálida bienvenida y una invitación personal a las oportunidades de indagar sobre diversos aspectos de la fe católica, incluido el papel que desempeña la sagrada Eucaristía en nuestra vida como discípulos misioneros de Jesús.

Compartir la responsabilidad de nuestra misión común

De esta serie de preguntas surgió de forma destacada la petición de no volver a cerrar las iglesias a causa de la pandemia (ahora que sabemos cómo practicar el distanciamiento social de manera eficaz).  Asimismo, se identificó como uno de los deberes importantes de los líderes de la Iglesia promover la familia como célula básica de la sociedad.

  • Además de hacer que el acceso a los sacramentos sea una prioridad, incluso en medio de posibles problemas de salud pública en el futuro, se señaló que los líderes parroquiales deben responder y actuar cuando las encuestas sobre el ministerio y las formas relacionadas de escuchar a los feligreses revelen el deseo de las personas de prestar sus servicios como voluntarias.  Cuando dicho deseo emane de los encuentros sacramentales, la parroquia debe prestar atención.
  • Brindar educación sobre la enseñanza social católica, en el contexto más amplio de la enseñanza doctrinal y moral generales, fomenta la diversidad legítima en nuestra Iglesia.
  • Algunos encuestados expresaron la percepción de que el aborto es la única cuestión social de la que se preocupa y habla la Iglesia; esta percepción debería abordarse en el sentido de que, dada la enorme cantidad de cuestiones relativas a la vida que abordan los líderes de la Iglesia a nivel diocesano, nacional y universal, esto entra en la categoría de otras percepciones erróneas.
  • Las familias tienen la responsabilidad primordial de preparar a sus integrantes para una vida de fe y misión, persiguiendo el bien común de manera insustituible, en beneficio de nuestra Iglesia y de la sociedad en general.  Frente a los ataques y la redefinición del matrimonio y de la vida familiar, varios participantes destacaron las ventajas de que los líderes de la Iglesia apoyen y defiendan la visión de Dios sobre la vida familiar, al tiempo que brindan aliento a aquellos que se encuentran en circunstancias excepcionales que les dificultan vivir la misión de las familias.

El diálogo en la Iglesia y la sociedad

El respeto es una palabra que aparece con frecuencia en las respuestas a estas preguntas.  Se mencionó la importancia de someter a prueba lo que se escucha (es decir, desconfiar de lo que se rumorea cuando se dialoga con la sociedad), así como la percepción errónea de que el diálogo de alto nivel dentro de nuestra Iglesia local no involucra a los feligreses de ninguna manera, ni siquiera indirectamente.

  • Siempre hay que mostrar respeto cuando se dialoga y escuchar las preocupaciones de los demás.  Sin embargo, incluso cuando se muestra respeto, algunas personas quizá no se sientan respetadas.
  • Los encuestados utilizan la palabra «política» de diversas maneras.  Para algunos, la mera mención de una conexión entre la fe y nuestra vida en común como sociedad se percibe como injerencia de la Iglesia en la política, en un sentido negativo.  Otros participantes muestran su comprensión de que, sin apoyar específicamente a determinados candidatos, partidos políticos, referendos, etc., los líderes de la Iglesia están obligados a ayudar a vincular el Evangelio con la vida cotidiana.
  • Desconfiar de las tendencias; así lo expresa una serie de comentarios a lo largo de varias respuestas en este aparte.  Dialogar con la sociedad no significa adoptar todas las modas.
  • Algunos encuestados tienen la impresión de que la Iglesia no quiere dialogar y que los líderes de la Iglesia son ajenos a las preocupaciones de la gente en los bancos de la iglesia; esta percepción, sin embargo, ignora realidades como el Consejo Pastoral Arquidiocesano, así como otros órganos consultivos dentro del marco organizativo de nuestra Iglesia local.

Ecumenismo

La importancia de las relaciones aparece de forma prominente en las respuestas a estas preguntas.  También se señala la prioridad que debe darse a obtener información sobre todas las tradiciones de fe cristianas, incluida la nuestra, de fuentes acreditadas.

  • Resulta útil subrayar los puntos en común que existen con varios grupos cristianos, incluida la realidad de que a veces tenemos objetivos o fines similares pero utilizamos métodos o medios diferentes.
  • Algunos tienen la percepción errónea de que nuestra Iglesia condena a las personas que se alejan de una vida de fe católica; en la medida en que algunos católicos expresen desprecio o demonicen a otras personas, todos debemos responder con amor y verdad en las situaciones en las que no se actúa desde la fe.
  • Debemos dar la bienvenida a nuestros compañeros que también son discípulos de Jesús, incluso mientras nos enfrentamos al relativismo moral, al secularismo agresivo y a los desafortunados frutos de la revolución sexual.  Ser auténticos en nuestras relaciones con los compañeros cristianos significa en parte que nos centramos en la enseñanza auténtica de todos los grupos, basando las percepciones sobre la enseñanza doctrinal y moral en fuentes que cada grupo considera fidedignas y acreditadas.

Autoridad y participación

Una gran cantidad de personas no expresan la necesidad de tomar decisiones por sí mismas; sin embargo, desean conocer los procesos de toma de decisiones y sus resultados.  En la combinación de los deberes de un pastor, los encuestados observaron el beneficio de supervisar de forma significativa a los líderes ministeriales clave.

  • Se mencionaron las encuestas a los feligreses como una buena forma de invitar e involucrar a la gente en los procesos de toma de decisiones.  De una parroquia a otra se observa una legítima variedad de formas de tomar decisiones; las oportunidades de colaborar en el trabajo previo a las decisiones contribuyen en gran medida a que la gente sepa que su participación es bienvenida.
  • Al liderar en colaboración y asumir la responsabilidad de las decisiones y el progreso en el ministerio, se insta a los pastores a elegir sabiamente al personal (remunerado y voluntario), proporcionando una buena formación y supervisión.
  • Se expresó el valor de la preparación seminarística de los futuros párrocos para ejercer bien la autoridad y fomentar una adecuada participación en la toma de decisiones entre los feligreses.
  • Las comunidades hispanas encuentran muy útiles las líneas de autoridad bien definidas de nuestra Iglesia.
  • En este apartado se reiteró la petición de no suspender el acceso a los sacramentos en el futuro, ahora que se han perfeccionado las técnicas de distanciamiento social.

Discernir y decidir

En esta serie de preguntas se trata de evitar las camarillas, especialmente en los órganos de decisión.  También se articulan aquí los rasgos que hacen que una persona esté bien dispuesta para el discernimiento guiado por el Espíritu.

  • Se dijo que es bueno que las personas roten en las funciones que influyen en la toma de decisiones como parte de la vida parroquial, en general.
  • Algunos encuestados expresaron la idea de que no podemos obligar a la gente a ayudar en el discernimiento y la toma de decisión, pero podemos asegurarnos de preguntarles e invitarlos a participar en el proceso.
  • La rabia por los escándalos de abusos sexuales en la Iglesia aflora en algunas de estas respuestas; algunas de ellas repiten la idea errónea de que la mayoría de los casos de abusos tienen que ver con la pedofilia.
  • Un encuestado resumió los requisitos previos para discernir y decidir de esta manera: «El discernimiento debe hacerse mediante la oración y la penitencia, de acuerdo con las enseñanzas de la Iglesia, por parte de aquellos que están en estado de gracia.  Únicamente con este método podemos discernir la Voluntad Divina».

Formarnos en la sinodalidad

Esforzarnos en ser santos contribuye a formarnos en la sinodalidad.  Emplear las herramientas de la Iglesia (por ejemplo, el Catecismo) para evitar el subjetivismo y la arbitrariedad también aporta positivamente a nuestro sentido sinodal.

  • Según expresan varios encuestados, los líderes y feligreses santos no están a la defensiva, ni son reactivos, ni tímidos.
  • Se hizo hincapié en la importancia de juzgar las acciones, pero no a las personas.  El Catecismo resulta especialmente útil para guiar los juicios prudenciales de manera objetiva, así como para ayudar a todos los católicos a entender el porqué de la enseñanza de la Iglesia.
  • Cuando los líderes envían mensajes contradictorios sobre la enseñanza de la Iglesia (es decir, incoherencia en la doctrina básica y la moral), la gente se siente aislada y dividida en bandos.
  • Acciones y actividades como el acceso a los retiros, el reconocimiento de los dones del Espíritu, la catequesis, el compromiso con la evangelización y el fomento del discipulado ayudan a formar bien a las personas.
  • Cualquier mejora en la disponibilidad de recursos para personas con problemas de visión o audición será muy bien recibida, al igual que los recursos para grupos de diversos idiomas, orígenes étnicos y diversas culturas.
  • Por último, ser sinodal requiere la voluntad de perdonar, dejar atrás los rencores y empezar de nuevo.

Implicaciones

¿Qué debemos hacer con todas las ideas y los sentimientos que se compartieron en nuestras conversaciones relacionadas con el sínodo?  Entre las implicaciones para nuestra Iglesia se encuentran las siguientes:

  • Las deficiencias en la información que manejan los medios de comunicación fomentan los mitos y la desinformación, especialmente cuando los algoritmos adaptan procesos como los resultados de los motores de búsqueda en función de las cookies y los rastros dejados en Internet.  Los líderes de la Iglesia pueden animar a los católicos a obtener noticias e información relacionada de una variedad saludable de fuentes, para contribuir a que nos entendamos mejor.
  • Los líderes de la Iglesia también pueden mejorar el modo en que se da a conocer al público la gran cantidad de buenos esfuerzos (es decir, las obras de misericordia) que realizan los católicos, tanto de forma individual como en grupo.
  • Las relaciones humanas auténticas sientan las bases de la interacción sinodal.  Nos amamos y respetamos incondicionalmente al tiempo que nos esforzamos por alcanzar la verdad y la corrección fraternal.
  • Contar con grupos relativamente pequeños que dialogan y comparten sus aportaciones con los líderes de una forma que influye hacia arriba y hacia abajo en la estructura organizacional y de comunicación, ayuda a que la mayoría de las personas viva cómodamente con las decisiones.  Cuando se nos invita a compartir nuestras ideas y fundamentos, nos sentimos escuchados aunque la decisión tomada no sea la que habríamos preferido.
  • Este proceso sinodal nos sitúa en un estado de preparación para el Renacimiento Eucarístico Nacional.  Esperamos aplicar los frutos del sínodo a la vida parroquial y diocesana, al acercarnos más a Jesús y a los demás, especialmente por la gracia de la sagrada Eucaristía.

Apéndice 1

Cómo fomentamos la participación y recopilamos información

Al igual que muchas diócesis, pusimos a disposición un cuestionario en línea. A fin de minimizar los impedimentos a la participación, no solicitamos información demográfica en el cuestionario.  Se recibieron casi 300 cuestionarios respondidos al menos parcialmente.

Otros participantes que cabe destacar son:

  • Nuestro Consejo Pastoral Arquidiocesano, un órgano representativo.
  • Aproximadamente el 20% de nuestros 126 consejos parroquiales. Se animó a los líderes de las parroquias a prestar especial atención a incluir de alguna forma a los marginados en sus territorios parroquiales en el proceso de conversación sinodal.
  • Un grupo de jóvenes adultos, nuestros interlocutores ecuménicos e interreligiosos, el Secretariado de Escuelas Católicas de la Arquidiócesis y representantes del Ministerio Hispano.
  • Nuestras comunidades birmana y coreana mediante sesiones de diálogo con el arzobispo Thompson.
  • Por último, en una reunión con nuestro Ordinario se entregó un borrador de este informe; se invitó a los asistentes a compartir sus comentarios sobre el borrador y sugerir ediciones finales.

Nos sentimos confiados en que nuestro proceso ha generado aportes de cantidad y calidad razonables.  También cabe destacar nuestro reciente proceso de planificación pastoral y un estudio de viabilidad en curso.  El proceso de planificación pastoral contó con la participación de muchos en toda la Arquidiócesis unidos bajo un espíritu de sinodalidad; el estudio de viabilidad es más bien sinodal en el sentido de que implica entrevistas y debates entre el clero y los laicos de toda la Arquidiócesis con un enfoque en el discernimiento de la identidad y la misión católica para el siglo XXI.

Apéndice 2

Nuestras sesiones de preparación del sínodo local normalmente terminaban con esta oración:

"Padre celestial, te damos gracias por esta oportunidad de participar en un diálogo mundial sobre tu santa Iglesia católica.  Te pido que bendigas a todos los responsables de la Iglesia; que todos conozcan y cumplan siempre tu santa y perfecta voluntad.  Bendíceme en mi viaje por la vida terrenal.  Recuérdame en todo momento que me hiciste, me amas y deseas que sea feliz contigo para siempre en el cielo.  Por Jesucristo nuestro Señor.  Amén."

 

Presentado por la Arquidiócesis Católica Romana de Indianápolis (Indiana, 9 de junio de 2022)

Local site Links: