December 19, 2025

Mensaje de Navidad del Arzobispo Charles C. Thompson

Archbishop Charles C. ThompsonQueridos hermanas y hermanos en Cristo:

Aunque las narraciones del nacimiento de Jesús se encuentran en los Evangelios de Mateo y Lucas, es el comienzo del Evangelio de Juan el que nos da a entender el verdadero significado de la Navidad; a saber:

En el principio ya existía el Verbo, y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios. Él estaba con Dios en el principio. Por medio de él todas las cosas fueron creadas; sin él, nada de lo creado llegó a existir. En él estaba la vida y la vida era la luz de la humanidad. Esta luz resplandece en la oscuridad y la oscuridad no ha podido apagarla. (Jn 1:1-5)

Aunque la segunda persona de la Santísima Trinidad, el Hijo, existía antes del tiempo, nació a tiempo para nuestra salvación. El Verbo se hizo carne para disipar las tinieblas del miedo y la culpa, la ignorancia y el odio, el pecado y la muerte. Por Él, con Él y en Él, tal y como profesamos en la doxología al final de la plegaria eucarística de la misa, la luz divina se derrama sobre toda la humanidad para traer misericordia, sanación, perdón y reconciliación entre Dios y nosotros, así como entre nosotros mismos.

Que la gracia divina nos permita hacernos eco de la respuesta de la Santísima Virgen María al decir sí a la voluntad de Dios en todas las cosas, especialmente al recibir a Jesús en la Palabra, los Sacramentos y el prójimo. Que san José nos inspire para recibir al Señor Jesús en nuestros hogares y en nuestras vidas, y que hagamos todo lo posible por dar testimonio de su sagrada presencia con nuestras palabras y nuestras obras.

Unámonos al coro de los ángeles, a la adoración de los pastores y la veneración de los Reyes Magos para celebrar la encarnación del Verbo de Dios, que se hizo como nosotros en todo, excepto en el pecado, para transformar nuestras mentes y nuestros corazones.

No hay oscuridad en nuestro mundo—sea odio, violencia, injusticia, orgullo, engaño, codicia, lujuria, infidelidad o desesperación—que la luz de Jesucristo no pueda vencer.

Deseándoles una Navidad y un Año Nuevo bendecidos, con la certeza de mis oraciones y pensamientos por todos ustedes en el altar de nuestro Señor y Salvador, quedo

de ustedes en la paz y la alegría de Jesucristo,

+Charles C. Thompson
Arzobispo Charles C. Thompson

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