July 25, 2025

Se anima a los graduados del IPI a ‘servir a los demás en nombre de Jesucristo’

Por Mike Krokos

Todo comenzó con un “sí,” la palabra que se convirtió en el epicentro del recorrido que compartieron las 32 personas que el 4 de junio se graduaron del programa de certificación de liderazgo de dos años de duración que imparte el Instituto Pastoral Intercultural (IPI) de la arquidiócesis.

“El ‘sí’ enérgico de los jóvenes al llamado a servir; el ‘sí’ de las parejas que decidieron estudiar juntas; el ‘sí’ de las familias que aprenden codo con codo; el ‘sí’ de los hermanos y hermanas en la fe; y el ‘sí’ transformador de alguien que vino a apoyar a otros, y terminó por descubrir su propia vocación,” señaló el graduado del IPI, Andrés Pecho, en un discurso que pronunció antes de la ceremonia de certificación en la Casa de Retiros Nuestra Señora de Fátima en Indianápolis.

“Cada uno llegó con historias diferentes, pero todos respondimos con el mismo corazón: ‘Aquí estoy,’ ” añadió Pecho, miembro de la parroquia de Santa Mónica de Indianápolis, que asistió a las clases del IPI con su esposa Ena y fue elegido para pronunciar un discurso en nombre de sus compañeros del programa de certificación.

El arzobispo Charles C. Thompson inició el acto celebrando la misa, y la velada incluyó también una ceremonia de graduación, la entrega de diplomas y una cena.

El programa de certificación de dos años del IPI es un ministerio de la Oficina de Ministerio intercultural de la Arquidiócesis, cuyo objetivo es formar líderes pastorales y catequéticos dentro de las diversas comunidades étnicas de la Arquidiócesis y de la diócesis de Lafayette. (Todavía quedan cupos para quienes estén interesados en incorporarse a la próxima generación del programa de certificación de dos años del Instituto Pastoral Intercultural. Haga clic aquí para registrarse.)

Los 32 integrantes de la generación de este año vivieron una transformación durante el tiempo que duró su preparación, señaló Pecho, que trabaja como asistente del director de formación en la fe en Santa Mónica.

Pero el graduado también recordó a sus compañeros que su ministerio apenas está comenzando.

“La obra redentora de Jesús es completa y perfecta, pero la misión de extender el reino de Dios continúa y se confía a cada generación de creyentes”—afirmó—. “Por eso creemos que el Señor nos llamó, nos formó, nos habló … y ahora nos envía de nuevo como discípulos y misioneros.”

‘Servir a los demás en nombre de Jesucristo’

En su homilía, pronunciada en español, el arzobispo Thompson recordó a los asistentes que “tal como nos enseña la Iglesia, toda persona bautizada tiene una vocación, ya sea al sacerdocio, a la vida religiosa, al matrimonio o a la vida de soltero.

“Aunque hay muchas maneras de vivir la vocación bautismal, toda vocación es una participación en la única misión de Jesucristo”—prosiguió el Arzobispo—. “Quienes se están certificando esta tarde están recibiendo un reconocimiento por su voluntad de servir a los demás en el nombre de Jesucristo.”

Durante sus dos años de estudio, que incluyeron diversos retos y responsabilidades, los estudiantes no cesaron en su compromiso de “crecer en la fe y en la comprensión de lo que significa ser un discípulo misionero de Jesús —señaló el arzobispo Thompson—.

“Un encuentro personal con la persona de Jesús se basa en una vida de oración, la palabra de Dios, la gracia sacramental y el servicio a los demás. Esto es esencial para el liderazgo pastoral en la Iglesia.

“Oramos para que nuestros graduados puedan usar lo que han aprendido para la gloria de Dios y el servicio al pueblo de Dios.”

‘Un momento para servir con esperanza y renovación espiritual’

En su discurso a los graduandos de este año, la Dra. Carmen Hernández, coordinadora del IPI, reconoció la labor de los alumnos.

“Qué gran bendición y alegría es este día para ustedes, al certificarse como líderes pastorales; una alegría que está presente en el marco del Año Jubilar”—dijo—, “un tiempo de gracia, perdón y reconciliación; un tiempo para servir con esperanza y renovación espiritual, buscando siempre la misericordia de Dios.”

Hernández también señaló que la graduación constituye “un día especial de gracia para recordar y celebrar lo que Dios les ha dado a todos como regalo de vida. Dejarán un legado en la historia de este instituto, un legado marcado por varias generaciones, unidas como una familia para lograr el compromiso de ser corresponsables de una Iglesia que avanza, porque nuestra Iglesia camina con todos nosotros, y nosotros caminamos con ella.”

Hernández, quien se retira después de servir como coordinadora del IPI durante cuatro años, animó a los graduados a ser alegres en su ministerio de fe.

“Sean servidores de la fe y de la alegría, vivan sus vidas con espíritu de gozo y profundo agradecimiento, el cual debe manifestarse en su servicio a Dios y al prójimo. Recuerden siempre la reflexión que les hacía cuando teníamos clases: ¿Sabes lo que aprendí de Jesús? Que la traición nunca le quitó las ganas de amar. … Los invito a que sigan su ejemplo.”
 

(Todavía quedan cupos para quienes estén interesados en incorporarse a la próxima generación del programa de certificación de dos años del Instituto Pastoral Intercultural. Haga clic aquí para registrarse.) †

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