June 27, 2025

Uno en Cristo / Daniel Conway

La nueva columna sobre el papa León XIV comienza centrándose en la alegría del Evangelio

Esta es mi primera columna mensual sobre las enseñanzas del papa León XIV. Como en el caso de mis reflexiones sobre el magisterio del papa Francisco, mis objetivos son simplemente destacar aquello que el Santo Padre nos plantea como aspectos importantes para la vida cotidiana en Cristo, y transmitir los mensajes del Papa con la mayor claridad y precisión que me sea posible.

El primer discurso del papa León al colegio cardenalicio al día siguiente de su elección como sucesor de San Pedro nos presenta una guía clara de su papado.

“Quisiera que renováramos juntos, hoy, nuestra plena adhesión a ese camino, a la vía que desde hace ya decenios la Iglesia universal está recorriendo tras las huellas del Concilio Vaticano II. El Papa Francisco ha recordado y actualizado magistralmente su contenido en la Exhortación apostólica Evangelii gaudium [La alegría del Evangelio], de la que me gustaría destacar algunas notas fundamentales.”

Entre las “notas fundamentales” que enumeró el papa León se encuentran:

—“El regreso al primado de Cristo en el anuncio.” En su exhortación apostólica “La alegría del Evangelio,” el papa Francisco escribió: “Un anuncio renovado ofrece a los creyentes, también a los tibios o no practicantes, una nueva alegría en la fe y una fecundidad evangelizadora” (#11).

El papa León afirma que el corazón de la predicación cristiana debe ser siempre el Dios que reveló su inmenso amor en Cristo crucificado y resucitado.

—“La conversión misionera de toda la comunidad cristiana.” El papa Francisco escribió que “quien quiera vivir con dignidad y plenitud no tiene otro camino más que reconocer al otro y buscar su bien.”

Nuestro nuevo Papa, antiguo misionero agustino, sabe por experiencia propia que todos somos discípulos misioneros de Jesucristo y que “es el amor de Cristo el que nos apremia” (2 Cor 5:14).

—“El crecimiento en la colegialidad y en sinodalidad.” El papa Francisco nos recordó que “lo importante es no caminar solos, contar siempre con los hermanos y especialmente con la guía de los obispos, en un sabio y realista discernimiento pastoral.”

El lema del papa León In illo uno unum (En el único Cristo somos uno) deja claro su compromiso con la unidad en Cristo como prioridad para la vida y el ministerio cristianos.

—“La atención al sensus fidei [el instinto de fe del pueblo], especialmente en sus formas más propias e inclusivas, como la piedad popular.”

La Alegría del Evangelio afirma explícitamente que “Cada uno de los bautizados, cualquiera que sea su función en la Iglesia y el grado de ilustración de su fe, es un agente evangelizador, y sería inadecuado pensar en un esquema de evangelización llevado adelante por actores calificados donde el resto del pueblo fiel sea sólo receptivo de sus acciones” (#120).

El papa León entiende que la fe y la devoción se manifiestan con frecuencia con mayor fuerza en la piedad del pueblo de Dios y en las diversas formas culturales en las que se expresa el instinto de fe del pueblo.

—“El cuidado amoroso de los débiles y descartados.” El papa Francisco nunca dejó de llamar la atención sobre la escandalosa verdad de las “grandes masas de la población se ven excluidas y marginadas: sin trabajo, sin horizontes, sin salida.”

El papa León insiste en que su pontificado seguirá abogando por todos aquellos que se encuentran al margen de la sociedad y, por tanto, son especialmente merecedores de la atención pastoral de la Iglesia.

—“El diálogo valiente y confiado con el mundo contemporáneo en sus diferentes componentes y realidades.”

Finalmente, el papa León se une a todos sus predecesores desde el Concilio Vaticano II al proclamar las palabras de la constitución pastoral, Gaudium et Spes (Alegría y esperanza). “Los gozos y las esperanzas, las tristezas y las angustias de los hombres de nuestro tiempo, sobre todo de los pobres y de cuantos sufren, son a la vez gozos y esperanzas, tristezas y angustias de los discípulos de Cristo. Nada hay verdaderamente humano que no encuentre eco en su corazón.”

La agenda que propone el papa León no es nada más ni nada menos que una proclamación continua de la alegría del Evangelio.

Que nuestro nuevo Santo Padre, el papa León XIV, tenga éxito en llevar a cabo este programa en el espíritu del Concilio Vaticano II y en continuidad con los papas que le han precedido, y que su devoción a la Santísima Virgen María le dé el valor y la paciencia necesarios para servir a todo el pueblo de Dios, el rebaño confiado a su cuidado.
 

(Daniel Conway es integrante del comité editorial de The Criterion.)

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