August 28, 2015

Alégrense en el Señor

‘Laudato si’: un himno de alabanza para toda la creación divina

Archbishop Joseph W. Tobin

“Laudato si’, mi’ Signore”
—“Alabado seas, mi Señor.”

En la letra de este hermoso cántico, San Francisco de Asís nos recuerda que nuestro hogar común es como una hermana con la que compartimos a nuestra preciosa madre quien nos abre sus brazos y nos recibe. “Alabado seas, mi Señor, por la hermana nuestra madre tierra, la cual nos sustenta, y gobierna y produce diversos frutos con coloridas flores y hierba” (Laudato Si’, #1).

Estas son las primeras oraciones de la encíclica del Papa Francisco titulada “Laudato Si” (Alabado seas, mi Señor). Con estas palabras el Santo Padre resume todo lo que sigue a continuación. Nuestro mundo, efectivamente la creación de Dios, no es un objeto que debe ser manipulado por nosotros. Es como una hermana, nuestra “madre tierra,” que debemos tratar con reverencia, respeto y cariño.

Ojalá tengan la oportunidad de leer “Laudato Si’” por completo, pues descubrirá que los pequeños fragmentos que probablemente haya leído o escuchado en las noticias no le hacen mérito.

“Laudato Si’ ” no es un tratado sobre política, economía o ciencia. Es una encíclica, una “epístola profunda” escrita por el Papa y dirigida a los líderes de la Iglesia, a los fieles y a todos los hombres y mujeres de buena voluntad, sobre un asunto de enorme importancia para la Iglesia y para el mundo. En este caso, el Papa Francisco dirige su carta a la comunidad internacional y hace un llamado a la responsabilidad para cultivar y proteger todo lo que Dios ha creado.

Esta encíclica está profundamente arraigada en el himno de alabanza cuyo verso final trata sobre la Hermana Muerte, compuesto por San Francisco de Asís en su lecho de muerte en el año 1226 Este magnífico himno franciscano se llama el Cántico de las criaturas, y a menos que apreciemos su importancia como una expresión de la auténtica ecología cristiana, no podremos comprender a plenitud la importancia de las enseñanzas del Santo Padre en “Laudato Si’.”

El papa Francisco nos dice: “No quiero desarrollar esta encíclica sin acudir a un modelo bello que puede motivarnos. Tomé su nombre como guía y como inspiración en el momento de mi elección como Obispo de Roma. Creo que Francisco es el ejemplo por excelencia del cuidado de lo que es débil y de una ecología integral, vivida con alegría y autenticidad. Es el santo patrono de todos los que estudian y trabajan en torno a la ecología, amado también por muchos que no son cristianos.

“Él manifestó una atención particular hacia la creación de Dios y hacia los más pobres y abandonados. Amaba y era amado por su alegría, su entrega generosa, su corazón universal. Era un místico y un peregrino que vivía con simplicidad y en una maravillosa armonía con Dios, con los otros, con la naturaleza y consigo mismo. En él se advierte hasta qué punto son inseparables la preocupación por la naturaleza, la justicia con los pobres, el compromiso con la sociedad y la paz interior” (#10).

“Laudato Si’ ” explora el lazo inseparable que existe entre cuidar del medio ambiente y el amor por la humanidad, aspectos que por sí mismos hacen que la paz y la justicia sean posibles. El Papa nos dice que no podemos ser verdaderamente solidarios con el medio ambiente a menos que amemos desinteresadamente y seamos justos en nuestro trato con los demás seres humanos, especialmente con los más vulnerables, los pobres, los enfermos y los que no han nacido.

La profunda reverencia y el respeto por todas las criaturas divinas (por todo lo visible y lo invisible) emana, no de la filosofía ni de la ciencia, sino del profundo amor que cada uno de nosotros está llamado a sentir por nuestro Dios Creador. Porque amamos a Dios, amamos todo aquello que Él ha creado.

Y de esta forma, cantamos junto con San Francisco y el papa Francisco un himno de alabanza al Hermano Sol y a la Hermana Luna, a la tierra y al cielo, al viento y al agua, y a nuestros hermanos y hermanas que componen la única familia de Dios. Ofrecemos este himno con la conciencia de que, sin la ayuda de la gracia de Dios no seremos dignos de estar en la presencia del Señor y agradecerle, puesto que somos pecadores que hemos maltratado los obsequios que Dios nos ha dado, inclusive el obsequio de la tierra y del cielo, del agua y del viento.

En el corazón de “Laudato Si’ ” se encuentra el tomar conciencia de nuestra condición de pecadores y de nuestra porción de culpa en los graves desafíos ambientales que enfrentamos. El papa Francisco no evade su responsabilidad de hablar con un tono profético cuando es necesario, para recordarnos que la indiferencia es un pecado y que todos y cada uno de nosotros será llamado a rendir cuentas por su cuota de corresponsabilidad para con la creación divina.

Leamos “Laudato Si’ ” con recogimiento, pero con una mente y un corazón abiertos. Entonemos junto con San Francisco y el papa Francisco este verso del Cántico de las criaturas: “Alabado seas, mi Señor, por la hermana nuestra madre tierra, la cual nos sustenta, y gobierna y produce diversos frutos con coloridas flores y hierba.” †
 

Traducido por: Daniela Guanipa

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