Reflexiones sobre la vida y el ministerio de Benedicto XVI
             A los 95 años, el papa emérito Benedicto XVI pasó  de la vida terrenal a la vida eterna en el último día de 2022 .   Así pues, esta es una ocasión para reflexionar sobre la larga vida y el  ministerio de un siervo de Dios verdaderamente santo y brillante. Algunos  incluso se han referido a él como el más intelectual de todos los papas.
A los 95 años, el papa emérito Benedicto XVI pasó  de la vida terrenal a la vida eterna en el último día de 2022 .   Así pues, esta es una ocasión para reflexionar sobre la larga vida y el  ministerio de un siervo de Dios verdaderamente santo y brillante. Algunos  incluso se han referido a él como el más intelectual de todos los papas. 
             El papa Benedicto XVI me  nombró obispo de Evansville en 2011, donde serví durante seis años antes de que  el papa Francisco me nombrara arzobispo de Indianápolis en 2017. Estuve con el  papa Benedicto XVI en  dos ocasiones: la primera poco después de mi ordenación episcopal y la segunda  durante mi primera visita ad limina.  Siempre me pareció muy reservado y bastante  tímido. Su decisión de retirarse del papado en 2013—la primera vez que esto  ocurría desde hacía siglos—fue un increíble acto de valentía y humildad. 
             A menudo he pensado en el papa Benedicto XVI como  un excelente catequista, y el papa Francisco como un excelente evangelista. El  papa Francisco lo cita frecuentemente, así  como también al papa Pablo VI. A pesar de los intentos de los medios de  comunicación de presentarlos como polos opuestos, creo que el afecto y la  admiración que se tenían eran auténticos. De hecho, mostraban una relación muy  complementaria. 
             Mi cita favorita del papa Benedicto XVI es de  su encíclica de diciembre de 2005 “Deus  caritas est”(“Dios es amor”): “No  se comienza a ser cristiano por una decisión ética o una gran idea, sino por el  encuentro con un acontecimiento, con una Persona, que da un nuevo horizonte a  la vida y, con ello, una orientación decisiva” (#1). Tanto para el papa  Benedicto  XVI como para el  papa Francisco, el discipulado auténtico comienza con un encuentro personal con  la persona de Jesucristo. Cada vez que celebramos la misa, nos encontramos con  los acontecimientos de su pasión, muerte y resurrección. 
             Antes de ser elegido papa en 2005, el cardenal Joseph  Ratzinger fue prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe durante el  papado de Juan Pablo II. Se dice que en dos ocasiones intentó renunciar a su cargo  para volver al ministerio pastoral o académico de forma menos notoria. En ambas  ocasiones, el papa Juan Pablo II le pidió que continuara como prefecto. El  cardenal Joseph Ratzinger fue un hijo fiel y entregado a la Iglesia. Sin duda,  aceptó su elección como papa de forma más bien reacia, pero leal. 
             Sospecho que el papa Francisco echará de menos al papa  emérito Benedicto XVI más  de lo que el mundo, y la mayoría de la Iglesia, nunca sabrán. La decisión del papa  Benedicto XVI de  retirarse hizo posible la elección del papa Francisco. Si no lo hubiera hecho,  habría continuado hasta su muerte. En ese caso, resulta difícil imaginar que un  cardenal Jorge Bergoglio de 86 años resultara electo papa en 2023. Nuestra  creencia católica es que el Espíritu Santo inspira las elecciones papales. El  mismo Espíritu Santo que guio la elección de papas anteriores, como san Pablo  VI y san Juan Pablo II, guio las elecciones del papa Benedicto XVI y del  papa Francisco. 
             El papa emérito Benedicto XVI  sirvió bien a la Iglesia en todos los aspectos de su ministerio como sacerdote,  obispo, cardenal y sumo pontífice. Era un servidor bueno y fiel, un hijo leal  de la Iglesia. Que descanse en la paz eterna, contemplando el rostro de Dios.