May 8, 2020

Plan para la reapertura de las iglesias y la reanudación de la celebración de las misas públicas de los domingos y los días de semana, y de los demás sacramentos en la Arquidiócesis de Indianápolis

1.a PARTE: Contexto y principios

  • Reabrir nuestras iglesias y reanudar las celebraciones litúrgicas públicas en este tiempo requiere una planificación y preparación cuidadosa para proteger la salud de los fieles y mantenerlos a salvo.
  • Se solicita a cada parroquia o comunidad que diseñe un plan específico y local basado en estas directrices y pautas.  Comuníquese con el padre Patrick Beidelman si necesita ayuda o aclaración.
  • A medida que las parroquias y otras comunidades implementen sus planes locales, esto será ciertamente un proceso de ensayo y error.  Animamos a todos a supervisar la eficacia de sus planes y a adaptarlos de forma continua.
  • Las personas de 65 años o más y quienes tengan padecimientos de salud de alto riesgo deben permanecer en casa. Este es el segmento de la población más vulnerable al coronavirus. Por supuesto, aquellos que presenten síntomas o que hayan tenido un resultado positivo en la prueba de la COVID-19 no deben entrar en una iglesia hasta que un profesional de la salud se lo autorice.
  • La dispensa de la obligación de participar en la misa dominical se prorroga en la Arquidiócesis de Indianápolis y en todo el estado de Indiana hasta el 15 de agosto de 2020. 
  • Mediante la reanudación gradual de las actividades litúrgicas se ofrece un mayor cuidado espiritual y pastoral a los fieles durante este período tan difícil, al tiempo que se sigue protegiendo a los más vulnerables y frenando y conteniendo la propagación de la COVID-19.
  • Puesto que la orientación de las autoridades locales puede variar de un lugar a otro, los líderes pastorales deben seguir las directrices específicas de su zona a la hora de tomar decisiones y aplicarlas.
  • Aunque es innegable el valor de esforzarse por abrir nuestras iglesias y reanudar las liturgias públicas, las parroquias y comunidades que no estén preparadas para hacerlo sin correr riesgos deberían retrasar su fecha de inicio.
  • Se alienta la cooperación y la coordinación entre los líderes pastorales y las parroquias, especialmente cuando estas actividades protegen a líderes pastorales que sean mayores o que tengan padecimientos de alto riesgo.
  • Como pueblo de fe, creemos que el Señor siempre está trabajando en nuestras vidas, incluso en esta época de tantas restricciones y sacrificios.  Algunas de las mayores gracias de Dios sobrevienen en momentos de transición y en todos nuestros nuevos comienzos.

 
2.a PARTE: Herramienta para tomar decisiones en cuanto a fechas y cronogramas de reapertura de las iglesias y para reanudar las celebraciones litúrgicas públicas

  • ¿Su parroquia o comunidad ha definido un plan fundamentado en los Protocolos de Salud Mínimos Recomendados para Lugares de Culto, basados en el plan de reapertura del gobernador, titulado Back on Track Indiana, así como otras directrices locales?
  • ¿Su parroquia o comunidad tiene suficientes suministros de limpieza y desinfección, y son estos eficaces?
  • ¿Ha creado un proceso de limpieza entre una misa y otra?
  • ¿Ha determinado un horario de funcionamiento de la iglesia y para la celebración de los servicios litúrgicos?
  • ¿Ha determinado una forma de calcular y mantener el aforo?
    • Cuando las iglesias puedan abrir, y cuando se permitan las misas públicas y la celebración de otros sacramentos, se anima a los líderes pastorales a utilizar la pauta del 20% a 30% del aforo, para determinar la cantidad de personas que pueden estar presentes para las liturgias celebradas en un recinto bajo techo. Si debido a la distribución o al diseño de la iglesia se considera que un porcentaje más bajo del aforo crearía o contribuiría a mantener un entorno más seguro, se alienta a los dirigentes pastorales a aplicarlo.
  • ¿Ha creado una forma de comunicar al personal, a los feligreses y a los invitados que no deben entrar si tienen síntomas o si han tenido un resultado positivo en la prueba de la COVID-19?
  • ¿Ha creado un proceso para mantener y comunicar acerca del distanciamiento social y la higiene adecuada, lo que incluye marcar o distribuir los asientos, las entradas y salidas de la iglesia, el proceso para la distribución de la Comunión, y el uso de los baños?
  • Cuando se pueda celebrar la misa, ¿ha determinado cómo se distribuirá la Comunión (no se distribuirá a la congregación en el momento habitual, o se hará al final de la misa después de la despedida)?
  • ¿Ha identificado a una o varias personas para capacitarlas en la supervisión y la gestión del ingreso y la movilización de personas en el espacio de culto?
  • ¿Su plan se apoya principalmente en personas menores de 65 años y sin problemas de salud de alto riesgo?
  • ¿Ha investigado qué hacer cuando una persona que tenga un caso confirmado de COVID-19 haya estado en una de nuestras iglesias?

3.a PARTE: Tres fases, fechas y condiciones para la reapertura de las iglesias y la reanudación de la celebración de las misas públicas de los domingos y los días de semana, y de los demás sacramentos

Al elegir cuándo comenzar y cómo proceder localmente durante estas fases, se alienta a todos a avanzar lentamente, mientras se fomenta la paciencia, la caridad y la confianza en el Señor en todo momento.

FASE 1: Reapertura de las iglesias para la oración privada, las devociones y la celebración del sacramento de la penitencia puede comenzar a partir del miércoles 13 de mayo de 2020, inclusive, respetando las directrices de las autoridades locales de su zona. (NOTA: Las parroquias y comunidades de los condados de Marion y Monroe permanecen bajo la orden de permanecer en casa por lo menos hasta el 15 de mayo de 2020).

  • Transmisión en diferido o en directo de misas: las parroquias que tengan la capacidad de hacerlo deben continuar transmitiendo las misas siempre que sea posible a lo largo de todas las fases. Deberán seguirse los protocolos de distanciamiento social que se describen a continuación, según corresponda. 
  • Durante esta fase, las iglesias pueden abrir sus puertas para la oración privada, las devociones y las confesiones, si han puesto en práctica un plan que contemple entornos seguros y operaciones que apoyen las precauciones para frenar y prevenir la propagación de la COVID-19 (véase la herramienta para tomar de decisiones en la 2.a parte). Fuera de las actividades espirituales mencionadas anteriormente y a continuación, no debe haber ninguna otra reunión o congregación en el interior o exterior del terreno de la iglesia.
    • Sugerencias para la confesión: las confesiones pueden celebrarse nuevamente en los horarios previstos. Para las confesiones individuales, se debe mantener una distancia de 6 pies entre el sacerdote y el penitente. Se puede usar una pantalla como barrera protectora. Se pueden escuchar confesiones al aire libre. Si se hará en un recinto bajo techo, se recomienda utilizar un cuarto grande o un área abierta; los confesionarios tradicionales o cabinas no son lugares que se puedan utilizar de forma segura en este momento. También se debe demarcar claramente el distanciamiento social para aquellos que aguarden en fila para la confesión. Ya sea que se haga bajo techo o al aire libre, el secreto de la confesión debe preservarse y nadie más debe estar lo suficientemente cerca como para poder escuchar la confesión.
  • Durante esta fase no se pueden ofrecer celebraciones públicas de la misa o distribuir la comunión fuera de la misa.
  • Las directrices anteriores con respecto a la celebración de funerales (de preferencia, el servicio debe realizarse junto a la tumba), bodas (fuera de la misa con 10 personas o menos), unción de enfermos (solo en caso de peligro inminente de muerte), así como los sacramentos de iniciación (solo en caso de peligro inminente de muerte) permanecen en vigor hasta la fase 2.

Fase 2: Las celebraciones públicas de las misas de los días de semana, las bodas y los funerales dentro de la misa, los bautizos infantiles, las misas conmemorativas para los fallecidos aplazadas y la unción de los enfermos (ahora incluso para los enfermos graves que quizá no estén en peligro inminente de muerte) pueden reanudarse a partir del martes 19 de mayo de 2020, inclusive.

  • La misa puede celebrarse en un recinto bajo techo, al aire libre o (cuando haya dos o más sacerdotes presentes) en varios lugares al mismo tiempo.
  • Se debe seguir el plan de la parroquia con respecto al aforo por seguridad, y todos deben considerar formas de distribuir la asistencia a las misas; por ejemplo, un sistema de rotación basado en la primera letra de los apellidos, limitar la cantidad de misas a las que asiste una persona o grupo familiar por mes, utilizar un sistema de entradas en línea como Eventbrite (https://www.eventbrite.com/), etc.
  • Durante la celebración de la liturgia propiamente dicha, se recomienda que ni el clero ni los demás ministros que asistan activamente (por ejemplo, un lector mientras lee) lleven puestas mascarillas. Estar en el santuario a 6 pies de distancia unos de otros debe implicar que no existe un riesgo sustancial de infección.
  • Para facilitar el distanciamiento social se puede suspender temporalmente la procesión de apertura, el himno de finalización del oficio, la presentación de las ofrendas, la colecta y el uso de monaguillos.  Se pueden colocar cestas cerca de las entradas para la colecta.
  • Se suspende temporalmente el intercambio físico del signo de la paz y el tomarse de las manos durante el Padre Nuestro.
  • Protocolos para la distribución de la Comunión:
  • El responsable de la preparación de los elementos eucarísticos debe llevar puesta una mascarilla y guantes sin látex.
    • Sería prudente que los concelebrantes tuvieran sus propias patenas y cálices o que los sacerdotes reciban la Comunión por intinción.
    • Se deben lavar y desinfectar todos los recipientes después de cada uso.
    • Una vez preparados, se deben colocar en la credencia o en otro espacio y dejarlos cubiertos hasta que se necesiten.
  • La Comunión del cáliz para los fieles permanece suspendida hasta nuevo aviso.
  • No es necesario que los ministros de la Santa Comunión usen guantes
  • pero si lo prefieren, pueden llevar puestas mascarillas mientras efectúan la distribución.
    • En ese caso, deben colocarse las mascarillas antes de desinfectarse las manos, previo a la Comunión, y quitárselas antes de desinfectarlas después de la Comunión.
  • Antes de la misa, o al menos antes de distribuir la Comunión, se deben colocar soluciones antibacterianas para las manos de modo que estén al alcance en el o los lugares donde se distribuirá la Comunión.
     
  • Se deben mantener todos los protocolos de distanciamiento social.
    • Debe haber una distancia de por lo menos seis pies entre los comulgantes en la procesión hacia y desde el ministro.
    • Las parroquias pueden marcar los pasillos con cinta adhesiva para indicar la distancia necesaria.
  • Antes de comenzar la misa, o en un punto adecuado durante esta, el sacerdote debe explicar los protocolos básicos para la Comunión (por “punto adecuado” se entiende antes del Acto Penitencial o antes del prefacio de la Plegaria Eucarística).
    • Se debe recordar a los fieles que aquellos que tengan inquietudes por recibir la Comunión no están obligados a hacerlo, y que pueden elegir no recibirla hasta que se sientan más cómodos.
    • Que para los que deseen recibir la Comunión, pueden hacerlo en el momento habitual.
    • Los que no comulguen por cualquier razón no deben acercarse para recibir la bendición.
    • Los que deseen permanecer en sus lugares pueden hacerlo. Deben salir del banco de iglesia a una distancia prudencial para permitir que pasen los que se acercan a comulgar.
    • Deben mantener una distancia de seis pies entre sí cuando se acerquen a comulgar.
    • Durante este período se exhorta a los fieles a recibir la hostia en la mano.
      • A quienes no deseen recibirla en la mano se les puede pedir que la reciban de último o que hagan una comunión espiritual.
    • Mientras se distribuyen las hostias, la declaración del ministro de “El Cuerpo de Cristo” debe decirse en voz baja, así como la respuesta “Amén” del comulgante.
  • Las hostias para la comunión de los fieles se deben colocar en el altar de forma que no queden directamente delante del sacerdote (tal vez en otro corporal en un costado del altar).
    • De esta forma el sacerdote puede pronunciar las palabras de la consagración directamente sobre la hostia que va a consumir, junto con las otras hostias colocadas sobre el altar pero no directamente delante del sacerdote mientras entona la oración eucarística.
  • Los sacerdotes y los diáconos deben lavarse las manos o usar una solución antibacteriana para las manos después de comulgar ellos mismos y después de distribuir la Comunión a los fieles.
  • Los fieles que comulgan deben, de la mejor manera posible, desinfectarse las manos antes y después de recibir la hostia.
    • Se anima a las personas a que lleven sus propios frascos de solución antibacteriana para las manos y la usen.
  • Se debe evitar por completo cualquier contacto de persona a persona. 
    • Las hostias pueden dejarse caer ligera y cuidadosamente en las manos del fiel formando un cuenco.
    • Si el ministro tuviera que hacer contacto físico con el comulgante o colocar la hostia en la lengua, se debe detener la distribución inmediatamente y desinfectarse las manos (con la solución antibacteriana colocada antes de la misa; véase n.o 5 arriba).
    • Si alguien que no recibe la Comunión se acerca, el ministro no debe tocarlo físicamente.
  • Se pueden utilizar los servicios de ministros extraordinarios para la Comunión en las siguientes condiciones:
    • Si el tamaño y la disposición de la iglesia y el número de personas presentes así lo requieren para poder distribuir oportunamente la Comunión.
    • Si el sacerdote celebrante es el único ministro ordinario de la Comunión y no puede distribuir las hostias por razones de edad o de salud.
    • Todos los ministros extraordinarios deben seguir los mismos protocolos que los sacerdotes y diáconos en la preparación antes, durante y después de la distribución de la Comunión.
  • Cada ministro ordinario debe purificar sus propios recipientes después de distribuir las hostias.
    • Esto puede hacerse después de la misa.
  • Si es necesario consagrar otras hostias para reservarlas para el viático, estas se deben colocar en su propio vaso desde el comienzo de la misa y no se deben usar para la Comunión de los fieles presentes. La distribución de la Comunión a quienes no pueden asistir a la misa queda suspendida hasta nuevo aviso.
  • Las hostias que queden de la distribución de la Comunión deben ser consumidas inmediatamente y no mezclarlas con el Santísimo Sacramento reservado.
  • El agua bendita y las pilas bautismales deben permanecer vacías excepto durante los bautismos. El agua bendita se debe verter directamente en la tierra y recargarla entre un bautismo y otro. Se deben usar mascarillas (excepto en el caso de los bebés y de quienes tengan problemas para respirar) y se deben desinfectar las manos antes y después de la celebración del bautismo.
    • El bautismo de los niños puede celebrarse dentro de la misa, pero es preferible que las misas no se extiendan siempre que sea posible.  Por lo tanto, se prefieren servicios bautismales más pequeños fuera de la misa.

Fase 3: Las celebraciones públicas de las misas dominicales, los ritos de iniciación cristiana de adultos y las primeras comuniones pueden reanudarse a partir del fin de semana del 23 y 24 de mayo de 2020, inclusive.

  • Cantidad de misas: Debido al tamaño más reducido de la congregación en respuesta al distanciamiento social (y en cumplimiento de su plan de aforo por seguridad), se puede considerar la posibilidad de añadir más misas los domingos. Todos los sacerdotes pueden celebrar hasta tres misas el domingo.  Pueden celebrar hasta dos misas el sábado por la noche, siempre que no hayan celebrado otra antes de las 4 p.m. del sábado.
  • Música litúrgica: El uso de la música debe limitarse a un cantor y un músico, que deben permanecer a más de seis pies de distancia uno del otro y de los demás. En la medida de lo posible el cantor debe cantar desde un lugar de la iglesia que se encuentre por lo menos a seis pies de distancia de cualquier persona. El salmo responsorial puede ser cantado desde el atril del cantor en vez de desde el púlpito.
    • Se debe considerar el uso de antífonas cantadas del Gradual Romano o del Misal Romano, música con estribillos, así como himnos bien conocidos por la congregación, junto con acompañamiento instrumental sin canto.
    • No se deben usar himnarios debido a la dificultad para desinfectarlos entre un uso y otro. Si los himnarios están en los bancos, se deben retirar. Se pueden utilizar ayudas de adoración de un solo uso.
    • Se debe evitar la música grabada o los “coros virtuales.”
  • Rito de Iniciación Cristiana de Adultos (RICA): Las iniciaciones aplazadas se pueden realizar durante este tiempo.  Los líderes pastorales pueden determinar la forma y el momento para hacer esto de forma segura.
    • Los candidatos bautizados para la plena comunión se pueden recibir en cualquier misa usando el Rito de Recepción que comienza en RICA #487.
    • El arzobispo Thompson dispensa a los elegidos de la necesidad de completar cualquier rito preparatorio que les haya faltado durante la suspensión de las liturgias públicas.
    • Al reprogramar la iniciación de los elegidos se usará la liturgia bautismal de la Vigilia Pascual (comenzando con RICA #218), siguiendo las instrucciones para una situación “fuera de la Vigilia Pascual”.
    • A menos que tenga prioridad la misa correspondiente a ese día (como por ejemplo los domingos de Pascua, las solemnidades y otros momentos enumerados en el #372 de la IGRM), esto se hará dentro de la Misa Ritual del Bautismo. El Leccionario proporciona lecturas para la “Iniciación Cristiana Fuera de la Vigilia Pascual” (#751-755).
    • El sacerdote debe abstenerse de tocar el agua mientras la bendice, y todos deben seguir las directrices para el bautismo que se encuentran arriba.
    • Para la iniciación conjunta de electos y candidatos, se deben utilizar los ritos combinados que se encuentran en el RICA #566. Dado el tiempo que pueden durar estos ritos, programar estas iniciaciones en días laborables es una opción para no prolongar el tiempo que los fieles deben permanecer en la iglesia para una misa dominical durante el período de distanciamiento social.
    • Si una misa programada incluye iniciaciones, esto se debe comunicar claramente a los feligreses con antelación.
    • Las parroquias que tengan grupos más grandes de electos también pueden hacer varios grupos de iniciaciones pequeños, si el distanciamiento social lo recomienda.
    • Tal vez las parroquias puedan considerar la posibilidad de celebrar los sacramentos de iniciación en la Misa de la Vigilia de Pentecostés, el sábado 30 de mayo, para quienes que los hubieran recibido en la Vigilia Pascual. La parroquia podría celebrar la Forma Ampliada de la Misa de Vigilia de Pentecostés, que se encuentra en el Misal Romano y es similar a la Vigilia Pascual. Esta incluye cuatro lecturas del Antiguo Testamento, seguidas del Gloria y la colecta, una lectura epistolar y el Evangelio (el Leccionario para el Suplemento de la Misa que se publicó en 2017 contiene todas las lecturas de la Forma Ampliada). Los sacramentos de iniciación se celebrarán después de la homilía.
  • Primeras Comuniones: La parroquia puede programar las Primeras Comuniones a su discreción de manera que permita mantener las cifras de aforo por seguridad según su plan local. Estas pueden hacerse en una misa especial, solo por invitación o de otra forma. †

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